Kris Kuksi nació en Springfield, Missouri el 2 de Marzo de 1973. Pasó su juventud recluido en aisladas zonas rurales, con un collar azul, una madre trabajadora, dos hermanos mayores y un padre ausente. Un país llano y de escasos árboles junto con un padrastro alcohólico tal vez allanaron el camino a un individuo saturado de imaginación e introversión. Al llegar a la edad adulta su arte florece. Para el lo grotesco se hace hermoso y pronto descubre su disgusto por la típica vida americana y la cultura pop, con la sensación de que siempre ha pertenecido al “Viejo Mundo”. En su reflexión personal, considera que en el mundo de hoy gran parte de la humanidad es a menudo rívola y frágil siendo impulsados principalmente por la codicia y el materialismo. Él espera que su arte exponga las falacias del hombre, desvelando un nuevo nivel de conciencia en el espectador. Su trabajo ha recibido varios galardones y premios y ha aparecido en más de 100 exposiciones en galerías y museos de todo el mundo, incluyendo el “Smithsonian’s National Portrait Gallery”. Su Arte también puede ser visto en numerosas revistas, tapas de libros y carteles de teatro y en colecciones públicas y privadas de America, Europa y Australia.
La obra de Kris Kuksi abarca diferentes campos, pintura, dibujo y sobre todo escultura, donde sus creaciones adquieren un tinte más macabro y donde encontramos un sorprendente trabajo lleno de detalles y simbología que el saca directamente de su cabeza, sin pasar por ningún modelo anterior como pudiera ser la fotografía o el ordenador, y utilizando una gran variedad de utensilios en su realización. Kris Kuksi nos propone ese reto entre lo bello y el horror, la “belleza de lo oscuro” llevada a sus extremos, aunque hay obras suyas, sobre todo en pintura, donde lo tétrico queda a un lado para dar paso a lo plenamente bello, pero son las que menos, en general es esa fusión de sensaciones lo que se percibe viendo sus obras. Estas a su vez comparten sus pensamientos sobre cuestiones psicológicas, ideología religiosa, y estética sin perder nunca la honestidad consigo mismo.
La obra de Kris Kuksi abarca diferentes campos, pintura, dibujo y sobre todo escultura, donde sus creaciones adquieren un tinte más macabro y donde encontramos un sorprendente trabajo lleno de detalles y simbología que el saca directamente de su cabeza, sin pasar por ningún modelo anterior como pudiera ser la fotografía o el ordenador, y utilizando una gran variedad de utensilios en su realización. Kris Kuksi nos propone ese reto entre lo bello y el horror, la “belleza de lo oscuro” llevada a sus extremos, aunque hay obras suyas, sobre todo en pintura, donde lo tétrico queda a un lado para dar paso a lo plenamente bello, pero son las que menos, en general es esa fusión de sensaciones lo que se percibe viendo sus obras. Estas a su vez comparten sus pensamientos sobre cuestiones psicológicas, ideología religiosa, y estética sin perder nunca la honestidad consigo mismo.
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